CABECERA POLIBEA LITERARIA mayo 2020
logo editorial polibea

EDITORIAL POLIBEA. Ronda de la Avutarda, 3. 28043 MADRID
Teléfono: 91 759 53 72.
Correo-e: polibea@polibea.com / maqueta@polibea.com / publicaciones@polibea.com / libreria@polibea.com

La ciudad que no somos
- Ramiro Gairín-

Portada de De los dioses y del mundo / La piedad apasionada, de Fernando Savater

Una de las virtudes de la poesía de Ramiro Gairín es haberse sabido alejar de la espesura filosófica y del hermetismo conceptual de ciertas poéticas modernas, para acercarse a la observación meditativa del paisaje y de los acontecimientos corrientes, a la humanización de las ideas y de los hechos triviales y mundanos, a la más sabia herencia de la sencillez, y a que las metáforas sean comprensibles, sin dejar de ser metáforas. Es la suya una escritura tranquila, dominada por la reconciliación con las experiencias universales del hombre.

Gairín, que huye raudo del sesgo del poeta atormentado por la sabiduría que proporcionan la tristeza de la decepción y los estados de abatimiento, no se deja arrastrar por el peso crudo de lo emocional, donde más descarnadamente está reflejada la película de la vida. Impera, contra marea, en su poesía, el tono hedónico y lo horaciano, y se impone, en lo posible, la felicidad. Siempre encuentra un motivo de exaltación y agradecimiento vitalista, de admiración por lo que le rodea y por esas pequeñas nimiedades que van invadiéndolo de sensaciones agradables y reconciliadoras.

Cualquier acontecimiento marca el despegue del poema, y desvela, tintineante en su brevedad, un credo y un magnetismo. Como si todo estuviera queriendo decirnos algo, desmarcándose, abrillantado por la búsqueda y por una memoria familiar reconocible. Hay detrás mucha filosofía del Tao y del haiku, de las filosofías orientales. Se percibe sobre todo en cómo se posiciona el poeta ante lo que ve y ante la palabra. Quiere captar el brillo de las ideas, lograr el prodigio de que la luz quede fijada al instante del verbo. El poeta, cada vez más consciente de su quehacer, indaga en las filosofías orientales con una actitud de observador introspectivo. En los lugares por los que pasa intentando no pensar, para sentir quién es y renovarse. En La ciudad que no somos la condición urbana (que ya viene negándose desde el título) es un escenario más en esa vocación de autoconocimiento, un lugar más para el asombro y la supervivencia.

Gairín camina y reflexiona interiorizando la cotidianeidad. Su naturaleza es así indisoluble de su esencia como observador y de su identidad de caminante, de hombre que está de paso, como una historia que está en marcha y vemos pasar, una historia que sólo es nuestra un momento. El poeta, con mirar, cuida las cosas. Sentir cómo crece vigorosamente en ellas la luz es su oficio natural. Y, a veces, sólo con nombrarlas, las lleva a un estado premonitorio, de preparación corpórea, a una actividad iluminadora, de predisposición para la sensibilidad poética.- AITOR FRANCOS.

EL CANAL

Parece que la vida funcionara
solo en dos posiciones,
como los más sencillos mecanismos;
sin embargo, las mezclan al cruzarse
y buscarse los ojos
los que corren y los que están sentados.

¿Cuántos de los que corren
no consiguen ponerla en movimiento
y necesitan ir de un lado a otro?
¿Cuántos de los sentados
lo hacen para sentirse observadores
sin poder hacer nada ante su marcha?

Se detiene el agua a mirar,
hace sus cuentas y prosigue.
Aparenta estar quieta en movimiento;
tal vez una lección.

RAMIRO GAIRÍN

EL SILENCIO

El silencio de los antiguos templos
es lo que hay que aprender;
de los templos abandonados,
que han pagado a las dos caras del tiempo.

Debe uno aprender cómo el silencio
encuentra una opinión por cada tema,
para cada opinión logra una forma.
Hacerle caso cuando toma forma
de sol o planta
porque arde y crece y muda y vivifica.

Y aprender a no ser nunca la noche
o nos dará la espalda,
como protege un cíclope a sus reses
con el lomo y los hombros.

El silencio de los antiguos templos
es la única pose no ridícula
frente al espejo; pues ya no son templos,
ni a este lado nosotros somos ruinas.

RAMIRO GAIRÍN

VOLVER


LOGO GRUPO POLIBEA

Grupo Polibea
Qué es Polibea Literaria

Contacto


Aviso Legal
Cookies
Política de privacidad